“Suena la claqueta. ¡Silencio, se rueda! Aunque Valladolid no es New York, ni Roma, ni París, la ciudad ha sido objetivo de cineastas, que la han elegido como decorado para sus films. No una vez, sino varias. Sirvió de plató de cine para el mismísimo Orson Wells, para David Lean, José Sacristán… Valladolid no solo es proyector de películas, también un ‘set’ de cine”.